LICENCIA O RENUNCIA

LICENCIA O RENUNCIA
Estimados lectores de T News
Queremos compartir una pregunta con nuestro amable público lector, ahí va:

Si te defraudan, si te hacen manifestarte y expresar tu legítimo derecho al reclamo, y al final descubres que había un interés diferente, quizás personal, que le hiciste el juego al objetivo de alguien, sin que se tome la molestia de comunicarlo, ni transparentarlo, ¿qué queda?

Si las motivaciones por hacer sentir nuestra voz no fueron tan colectivas y sectoriales, de verdadera unión, de reclamo legítimo, sino que estuvieron mezcladas con intereses personales, ¿qué cabe?, ¿licencia o renuncia? Porque si protestaste como miembro de un sector que reclama reconocimiento, y al final seguiste un plan que no conocías, ¿cómo se le debe llamar a eso? Aparte de sentirnos defraudados, engañados, usados, ¿qué más corresponde para que no nos vuelva a pasar? Sería mejor saberlo, antes que se pase un mes, y nos demos cuenta en anuncios mediáticos que quien dispuso de nuestra expectativa ya ha vuelto, ya culminó su licencia, y no ha cambiado nada: nueva normalidad sin dar explicaciones.

Antes de responder, licencia o renuncia, nos preguntamos todos si tendremos oportunidad de hacer otro reclamo que parezca legítimo, o si será que ese pedido de atención, sin saber lo que vendrá, ya quedó desperdiciado. Una cosa es que tengamos serias dudas sobre lo legítima que puede ser una representación, y otra que nos hagan actuar, participar, dedicarle tiempo y riesgo a un gesto, para enterarnos que pudo haber otras razones por las que fuimos convocados.

Nunca habíamos protestado por atención y reconocimiento de esa manera, nunca así. Primera vez que lo hacemos y este gesto, podría haber quedado totalmente desvirtuado. Por eso te preguntamos, amable lector, ¿licencia para que a los 30 días todo quede igual, sin pedir disculpas ni dar explicaciones, o renuncia? ¿Qué dice tu tiempo, tu esfuerzo, tu autoestima y tu sentido institucional? No necesitamos que nos convenzan con 10 millones de turistas, necesitamos que nos consideren con respeto y en función de una sólida institucionalidad, en medio de esta catástrofe de empresas quebradas y trabajos perdidos.

¿Podemos mantener la esperanza con una tomadura de pelo institucional? Y si la respuesta es no, entonces necesitamos garantizar un cambio y que nunca más estemos expuestos a los planes personales de nadie. Por eso, licencia puede ser volver a lo mismo cuando se olviden los hechos, y renuncia, por el contrario, es abrir la posibilidad de un verdadero cambio. ¿Usted qué ha decidido desde su visión institucional de los hechos, amable lector?

Atentamente,

T News