Nuevo cambio de reglas sin consulta ni tiempo para adaptarse
CRÓNICA DE UNA SUSPENSIÓN DE VUELOS CON ALGO YA VISTO: DE UN DÍA PARA OTRO
No hemos aprendido la lección: no disponemos cambios radicales relacionados a los viajes como debería hacerse, con tres o más días de anticipación, en forma coordinada y bien comunicada, con oportunidad de adelantar retorno. No. Por el contrario, se dispone condiciones nuevas relacionadas a los viajes de forma inconsulta, un viernes, con escasa comunicación, con poco tiempo para implementar el cambio y con un fin de semana de por medio. En concreto: hoy es el último día que llegarán vuelos regulares a las regiones donde se ha extendido la inmovilización obligatoria y se ha vuelto a establecer la cuarentena. Cusco, el destino con mayor tráfico de pasajeros desde Lima, está entre ellos, y solo tendrá vuelos regulares hasta hoy. El viernes pasado se publicó el Decreto Supremo 135-2020-PCM que prorroga el estado de emergencia nacional, y que estableció como nueva medida, una nueva cuarentena en varias regiones, y hasta el sábado al mediodía había dudas entre los operadores de viajes si ello significaba suspensión de vuelos a esas regiones.
PASE PARA VOLAR
En algunos medios electrónicos se daba a entender que se necesitaría un pase para volar, pero no quedaba claro si ello significaba que no habría suspensión de vuelos. Por varias horas, incluso entre agencias de viajes y gremios turísticos, se creía que los vuelos no habían sido suspendidos. Muchos estaban a la espera de una confirmación. El diario El Comercio, que publicó en su portada días atrás, sobre la postergación de los vuelos internacionales, no tenía el sábado pasado en su edición impresa una sola nota de la suspensión de vuelos nacionales, ya en marcha. Finalmente, una nota de la agencia de noticias Andina en la tarde del sábado lo dejó más claro. En ella, el Ministro de Transportes y Comunicaciones (MTC), Carlos Estremadoyro, precisaba que los viajes interprovinciales, terrestres y aéreos, quedarían suspendidos en las regiones que retornaron a la cuarentena, debido al incremento de casos de contagios por covid-19. La comunicación fue tan escasa, que las mismas aerolíneas tuvieron que esperar algunas horas para confirmar que se cancelarían esos vuelos, y durante el sábado se seguía leyendo en medios electrónicos como tema relacionado a los viajes, sobre la conveniencia de que los vuelos internacionales se reanuden a fin de año, es decir, el tema anterior, que ante este nuevo, era menos relevante. De hecho, ayer Juan Stoessel publicaba en su columna de Perú 21 sobre la inconveniencia de solo tener vuelos internacionales humanitarios, mientras Carlos Canales, Presidente de Canatur, anunciaba en una nota para el mismo diario, que en octubre habría una promoción conjunta con PromPerú para reactivar el turismo interno. Hoy lunes, con la medida ya en vigencia y día de últimos vuelos, el suplemento Día 1 del diario El Comercio menciona en un artículo una “Guerra entre vuelos”, refiriendo al anuncio de la aerolínea Jetsmart de ingresar al doméstico peruano.
ASÍ QUEDA TODO
En resumen, mientras discutíamos sobre la conveniencia de extender demasiado la reanudación de los vuelos internacionales, y mientras anunciábamos campañas conjuntas, y mientras la prensa especulaba sobre lo interesante que se pondría el espacio aéreo peruano, Cusco y varios destinos más, ya se habían quedado sin vuelos, y los que quedaban eran los últimos programados. Mañana martes no habrá vuelos regulares.
Lo más sorprendente: no ha habido nadie que señale lo inconveniente de esta medida y por qué se vuelve a hacer de un día para otro, con fin de semana de por medio, a riesgo de dejar pasajeros varados, y reeditar los dramas humanos de los que reciben nuevamente la noticia en medio de un viaje. Por supuesto que si la medida es necesaria, nadie lo discute. La medida no es el punto de observación. Lo que se subraya es la inconveniencia de no comunicarla bien, y no dar mayor plazo para proceder al cambio. Al costo para las aerolíneas de tener que desmontar una operación y decidir sobre los trabajadores contratados, existe un costo adicional, que es el de tener que proceder al cambio con tan poca capacidad de confirmación y coordinación, y así como hay pasajeros que corren al aeropuerto para adelantar su retorno como sea, habrá los que se enterarán tarde de la medida.
CANATUR, que lanzó una cifra discutible sobre cuántas personas viajarían por turismo en estas Fiestas Patrias de un solo día feriado, podría hacer el estimado de la pérdida adicional para empresas y trabajadores, no solo de la suspensión de vuelos, dura pero necesaria, sino del hecho adicional de que se tome para aplicación inmediata y con deficiencias en su comunicación. Ese último aspecto debe tener su propia cifra aislada. Con anuncio anticipado y coordinado, o así nomás, ya está decidido. Esa diferencia, nos va a quitar credibilidad: en Perú en cualquier momento se cambian las reglas de juego con los pasajeros a mitad de un viaje.
ORDENAR EL CAOS
Un detalle más, que es relevante: MINCETUR gastó en hospedajes entre abril, mayo y junio, cerca de 39 millones de soles, ello sin contar las personas que se contagiaron o vivieron penurias por no poder regresar. No se ha hecho mejor, y queda claro que al sector turismo le puedes cambiar las reglas de un día para otro, porque nadie reclama con suficiencia. El sector turismo organizado muy dado al anuncio y al cálculo de movimientos de turistas que todavía no ocurren, en realidad, de esta forma, con medidas de un día para otro mal comunicadas, no se está haciendo respetar. Con lo ocurrido en marzo pasado era suficiente para pedir que estos cambios se anuncien en día de semana, preferentemente un lunes, y con 3 o 4 días para acomodar los retornos y ordenar las cancelaciones. No así. Habría que preguntar si se van a prohibir los restaurantes de un día para otro, y nos enteraremos con los insumos comprados, el personal recontratado y todo el gasto en adaptarse a los nuevos protocolos. No hay ningún indicio que ello ocurra, pero si fuera, ya sabemos que nadie se va a dar el trabajo de avisar a tiempo, y nadie tampoco va a reclamar. Así estamos. En Turismo, teniendo gremios, asociaciones y viceministro, ya lo sabemos, y así está quedando como norma: nos pueden cambiar las condiciones de un día para otro, y para que no nos falle la ironía, nos cancelan toda la inversión y toda la confianza, el mismo día de la reapertura del Circuito Mágico del Agua. Como decía la carta al Viceministro que nunca respondió: idas y venidas de un barco a la deriva.
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